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Cientos de miles de personas asisten desde temprano, la mayoría vestidas de blanco al recital Paz sin fronteras en la histórica Plaza de la Revolución, en Cuba del que el presidente estadounidense, Barack Obama, opinó no dañará las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
"Estoy seguro de que este tipo de intercambios culturales no daña las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. (Pero) tampoco hay que exagerar la ayuda que proporcionan", declaró Obama en el programa Al Punto de Univisión sobre un presunto apoyo de su gobierno al concierto.
"El gobierno estadounidense no es un promotor de conciertos. No es cuestión de si damos o no nuestro beneplácito" a este tipo de conciertos, sino de la actitud en general del régimen castrista, explicó Obama.
"Lo que me gustaría de verdad es ver cómo Cuba abandona algunas de las prácticas antidemocráticas del pasado", explicó el presidente en la entrevista.
Tras semanas de polémica y un camino lleno de críticas y hasta amenazas de muerte, el cantante colombiano Juanes busca que el concierto en Cuba baje la confrontación entre el régimen comunista de la isla y Estados Unidos.
Blanco. Así, desde temprano, miles de personas, se movilizaron para asistir al concierto que que empezó a las 14 hora local (15, de Buenos Aires), en la Plaza de la Revolución.
El sol caía implacable ya desde las primeras horas, sin una gota de aire, mientras que las previsiones meteorológicas anuncian temperaturas de 33 a 35 grados a primera hora de la tarde, justo cuando empieza el espectáculo.
Con una sombrilla blanca en una mano y una botella de agua en la otra, Lidia, una jubilada de 73 años, dice con emoción junto a su familia que el concierto es una "lección para los imperialistas de que queremos la paz y ayuda a reconciliar a los de aquí y a los allá".
La encargada de abrir el evento fue la puertorriqueña Olga Tañón, probablemente las más popular de las artistas internacionales entre el público cubano junto a Juanes, quien gritó en numerosas ocasiones "Cuba, te amo" y tuvo un recuerdo para "el exilio cubano, los que nos apoyaron y los que no".
Tañón, vestida de blanco al igual que toda su banda, hizo bailar con su contagioso merengue al público, mayormente adolescentes y jóvenes que abarrotaban la Plaza de la Revolución, el escenario donde el Gobierno comunista suele realizar sus concentraciones, una de las razones por las que el espectáculo ha sido criticado por el exilio cubano.
Olga Tañón puso el factor humano de la política, al dedicar una canción a una niña llamada Niurka presente en el concierto y a la que mandó un beso "de parte de tu papá", quien así se lo pidió en la misma puerta del aeropuerto de Miami, donde está exiliado.
El concierto comenzó sin ningún presentador, para dar paso a los artistas españoles Luis Eduardo Aute y Víctor Manuel, el puertorriqueño Danny Rivera, el ecuatoriano Juan Fernando Velasco y el italiano Jovanotti, ante un público habanero que raramente tiene ocasión de ver a artistas internacionales.
Estos artistas comparten escenario con los cantantes cubanos Amaury Pérez, Silvio Rodríguez, Carlos Varela, X Alfonso, el grupo los Van Van, los Orishas y la banda cubano-venezolana Cucu Diamantes & Yerbabuena.
"Estamos aquí cumpliendo un sueño, el sueño de tender una mano del diálogo. Invitamos a quien no esté todavía de acuerdo o dude que se junte a nosotros", dijo el español Miguel Bosé, quien cantó sus éxitos "Te amaré", "Si tú no vuelves" y "Bandido".
El concierto, que careció totalmente de patrocinadores, estuvo financiado sobre todo por los artistas participantes, junto al Instituto Cubano de la Música.
