Tras provocar la ira de los católicos polacos, Madonna vuelve a ser el centro de la polémica, esta vez por su actuación en la capital rumana. Durante el concierto que ofreció en Bucarest el pasado miércoles, la cantante denunció el racismo que sufre la comunidad gitana en este país, lo que provocó un aluvión de abucheos.
Según informa la BBC, la cantante, volcada en su gira 'Sticky and Sweet Tour' había contratado a varios músicos de etnia gitana, que transmitieron a la diva sus quejas por la discriminación que padece su comunidad, especialmente en el este de Europa.
La estrella, decidió parar a mitad del concierto —que duró alrededor de dos horas— y se dirigió al público para mostrar su desacuerdo con esta actitud xenófoba. "Han puesto en mi conocimiento que hay mucha discriminación contra los romaníes y los gitanos en Europa del Este, en general, algo que me ha hecho sentir muy triste".
"No creemos en la discriminación, creemos en la libertad y la igualdad de derechos para todo el mundo", prosiguió la artista, en medio de los abucheos del público.
Madonna también se refirió a la desigualdad de derechos de los homosexuales, algo que provocó una escalada en las protestas de los asistentes. "Yo la abucheé porque me pareció que era mentira lo que decía. ¿Quién se cree para decirnos esas cosas?", ha explicado Ionut Dinu, un seguidor de 23 años.
Sin embargo, según la publicista de la artista, Liz Rosemberg, parte de las 60.000 personas que acudieron al espectáculo aplaudieron la iniciativa de la estadounidense.
Rumanía es el país de Europa del Este con mayor número de ciudadanos de etnia gitana; en todo el continente se estima que la población de romaníes es de 12 millones de personas.
Además, un estudio publicado recientemente por la Agencia de los Derechos Humanos de la Unión Europea afirma que casi la mitad de los 12 millones de romaníes que habitan en todo el continente han sufrido un trato discriminatorio en los últimos 12 meses.
Este informe determina que los gitanos se enfrentan a una "abierta discriminación" en el ámbito sanitario, educativo y en el propio hogar.
Según informa la BBC, la cantante, volcada en su gira 'Sticky and Sweet Tour' había contratado a varios músicos de etnia gitana, que transmitieron a la diva sus quejas por la discriminación que padece su comunidad, especialmente en el este de Europa.
La estrella, decidió parar a mitad del concierto —que duró alrededor de dos horas— y se dirigió al público para mostrar su desacuerdo con esta actitud xenófoba. "Han puesto en mi conocimiento que hay mucha discriminación contra los romaníes y los gitanos en Europa del Este, en general, algo que me ha hecho sentir muy triste".
"No creemos en la discriminación, creemos en la libertad y la igualdad de derechos para todo el mundo", prosiguió la artista, en medio de los abucheos del público.
Madonna también se refirió a la desigualdad de derechos de los homosexuales, algo que provocó una escalada en las protestas de los asistentes. "Yo la abucheé porque me pareció que era mentira lo que decía. ¿Quién se cree para decirnos esas cosas?", ha explicado Ionut Dinu, un seguidor de 23 años.
Sin embargo, según la publicista de la artista, Liz Rosemberg, parte de las 60.000 personas que acudieron al espectáculo aplaudieron la iniciativa de la estadounidense.
Rumanía es el país de Europa del Este con mayor número de ciudadanos de etnia gitana; en todo el continente se estima que la población de romaníes es de 12 millones de personas.
Además, un estudio publicado recientemente por la Agencia de los Derechos Humanos de la Unión Europea afirma que casi la mitad de los 12 millones de romaníes que habitan en todo el continente han sufrido un trato discriminatorio en los últimos 12 meses.
Este informe determina que los gitanos se enfrentan a una "abierta discriminación" en el ámbito sanitario, educativo y en el propio hogar.