por Alberto - alberto@cbaalternativa.com.ar
Columnista
Dentro de lo aberrante del tema (por lo menos para mí lo es) de esta semana, es muy interesante escribir sobre él.- La idea es transmitir no solo qué es la pedofilia, sino el peligro que representan los que la practican.-
La Real Academia Española define: La paidofilia o pedofilia.
1. f. Atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes.
Se considera «paidofilia» etimológicamente más correcto que «pedofilia», si bien esta segunda forma es más usada. En el lenguaje común pedofilias son considerados los que abusan sexualmente a niños.
El término «pedofilia» se ha visto confundido con el término pederastia.- A pesar de que etimológicamente significan lo mismo (ya que ambas se basan en paidós: «niño» o «adolescente»), la pedofilia no se refiere al abuso sexual sino a la mera tendencia sexual o atracción por un hombre adulto hacia un menor (en Grecia generalmente un erastés (griego 'amante') que era un hombre adulto comprometido en una pareja pederástica con un adolescente, llamado erómeno.-
En relación a la atracción por los adolescentes también suele usarse el término «hebefilia» o «efebofilia».
La mayoría de los países civilizados castiga la pederastia, es decir, el acto de abusar sexualmente de un menor, y no la mera tendencia sexual pedófila.- Por ello un acto de abuso sexual infantil no es calificado como pedofilia por las leyes. Sin embargo en algunos Códigos penales sí se contemplan delitos que castigan dicha conducta.- Pese a esto algunos periódicos y otros medios hacen un uso erróneo de los términos «acusado de pedofilia» o «pedófilo convicto» en referencia a individuos acusados o convictos por abuso sexual infantil e incluso otros términos como «pedófilo en serie». Esta preferencia de emplear pedofilia para referirse a la atracción sexual o la enfermedad, puede deberse al hecho de que este término es actualmente el más utilizado en psiquiatría para designar el trastorno mental y, por influencia médica, es la palabra escogida por los periodistas para hablar en términos psiquiátricos.
Pedofilia como enfermedad
El término «paidofilia erótica» fue acuñado en 1896 por el psiquiatra vienès Richard von Krafft-Ebing en su obra Psychopathía sexualis, donde se enumeran las siguientes características:
• El interés sexual se dirige hacia los niños, tanto prepubescentes como al principio de su pubertad.
• Interés sexual primario (es decir dirigido de manera exclusiva o principal) hacia niños.
• Interés sexual que permanece a lo largo del tiempo.
Algunos sexólogos, consideran que no sólo los adultos, sino los jóvenes pospúberes podrían distinguirse como posibles pedófilos y a pesar de que la psiquiatría «oficial» considera la pedofilia como una enfermedad, no todos los psiquiatras comparten esta opinión.-
Sólo la atracción primaria es pedofilia
Una persona no es necesariamente pedófila por sentirse atraída sexualmente por los niños o las niñas, sino porque esa atracción sexual es primaria (o sea la atracción principal, aunque también esté atraído o atraída por otros objetos sexuales). Estadísticamente —según Freund y Costell (1970), Kinsey y otros (1975) y Hall y otros (1995)— al menos una cuarta parte de las personas adultas pueden sentirse sexualmente atraídas a niños o niñas y no por ello ser pedófilas. Nótese que es posible diagnosticar la paidofilia por la mera presencia de "fantasías o deseos sexuales" del sujeto, sin necesidad de que lleve a cabo actos sexuales con niños.
Efebofilia
La efebofilia, también conocida como hebefilia, es la condición en la cual personas adultas experimentan atracción sexual hacia adolescentes que ya han pasado la etapa de la pubertad. La pederastia -en la Antigua Grecia- era la atracción hacia adolescentes masculinos. La atracción hacia adolescentes femeninas cuyo físico corresponde más bien al de una preadolescente (niña, puberta o prepuberta) es conocido como loli-con o «complejo de lolita». Por definición, estos términos no son sinónimos de pedofilia. No obstante, en los países occidentales se ha usado con frecuencia la palabra pedofilia para referirse a la efebofilia y, en general, a la atracción sexual hacia cualquier persona cuya edad sea menor a la edad de consentimiento sexual. Desde el punto de vista semántico, la distinción es clara: una cosa es sentir atracción erótica por los niños, y otra, abusar sexualmente de ellos es decir, se define el término pedofilia (también incorporado recientemente, en la edición de 1999) como una «perversión» del adulto que se «siente atraído por niños», mientras que la pederastia se toma como una «práctica». Seco, Andrés y Ramos, en su Diccionario del español actual, definen la pedofilia como una «atracción», y reservan pederastia para la «relación homosexual de un hombre con niños», lo que introduce el matiz semántico de la homosexualidad, aunque dentro del campo de las prácticas sexuales, tal como hace el diccionario académico. Así pues, la distinción entre la tendencia sexual (pedofilia) y la práctica abusiva -y además delictiva- (pederastia), aunque infrautilizada en la lengua, está perfectamente registrada en los diccionarios.
De todas maneras y desde mi óptica personal, ambas son aberrantes.- No concibo y no puedo imaginarme como alguien pueda disfrutar del sexo, lastimando física y psíquicamente a un niño.- Cada tanto leemos que son descubiertas redes que realizan películas pornográficas con participación de niños.- Participación es una manera de decir, ya que indudablemente los niños son forzados con distintos métodos a participar de las grabaciones.- La otra realidad en lo que hace a los que desarrollan estas películas es que las hacen porque hay quienes las compran para regocijarse observando como los niños son mutilados en las distintas escenas.- En toda esta maraña tenemos que participar todos y denunciar a quienes consumen estas películas para evitar que siga sucediendo.- Una denuncia a tiempo puede salvar un niño.- Quizás algunos imaginen una denuncia como un simple grano de arena que no servirá de nada, pero convengamos que muchos granos de arena conforman un arenal.-
Columnista
Dentro de lo aberrante del tema (por lo menos para mí lo es) de esta semana, es muy interesante escribir sobre él.- La idea es transmitir no solo qué es la pedofilia, sino el peligro que representan los que la practican.-
La Real Academia Española define: La paidofilia o pedofilia.
1. f. Atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes.
Se considera «paidofilia» etimológicamente más correcto que «pedofilia», si bien esta segunda forma es más usada. En el lenguaje común pedofilias son considerados los que abusan sexualmente a niños.
El término «pedofilia» se ha visto confundido con el término pederastia.- A pesar de que etimológicamente significan lo mismo (ya que ambas se basan en paidós: «niño» o «adolescente»), la pedofilia no se refiere al abuso sexual sino a la mera tendencia sexual o atracción por un hombre adulto hacia un menor (en Grecia generalmente un erastés (griego 'amante') que era un hombre adulto comprometido en una pareja pederástica con un adolescente, llamado erómeno.-
En relación a la atracción por los adolescentes también suele usarse el término «hebefilia» o «efebofilia».
La mayoría de los países civilizados castiga la pederastia, es decir, el acto de abusar sexualmente de un menor, y no la mera tendencia sexual pedófila.- Por ello un acto de abuso sexual infantil no es calificado como pedofilia por las leyes. Sin embargo en algunos Códigos penales sí se contemplan delitos que castigan dicha conducta.- Pese a esto algunos periódicos y otros medios hacen un uso erróneo de los términos «acusado de pedofilia» o «pedófilo convicto» en referencia a individuos acusados o convictos por abuso sexual infantil e incluso otros términos como «pedófilo en serie». Esta preferencia de emplear pedofilia para referirse a la atracción sexual o la enfermedad, puede deberse al hecho de que este término es actualmente el más utilizado en psiquiatría para designar el trastorno mental y, por influencia médica, es la palabra escogida por los periodistas para hablar en términos psiquiátricos.
Pedofilia como enfermedad
El término «paidofilia erótica» fue acuñado en 1896 por el psiquiatra vienès Richard von Krafft-Ebing en su obra Psychopathía sexualis, donde se enumeran las siguientes características:
• El interés sexual se dirige hacia los niños, tanto prepubescentes como al principio de su pubertad.
• Interés sexual primario (es decir dirigido de manera exclusiva o principal) hacia niños.
• Interés sexual que permanece a lo largo del tiempo.
Algunos sexólogos, consideran que no sólo los adultos, sino los jóvenes pospúberes podrían distinguirse como posibles pedófilos y a pesar de que la psiquiatría «oficial» considera la pedofilia como una enfermedad, no todos los psiquiatras comparten esta opinión.-
Sólo la atracción primaria es pedofilia
Una persona no es necesariamente pedófila por sentirse atraída sexualmente por los niños o las niñas, sino porque esa atracción sexual es primaria (o sea la atracción principal, aunque también esté atraído o atraída por otros objetos sexuales). Estadísticamente —según Freund y Costell (1970), Kinsey y otros (1975) y Hall y otros (1995)— al menos una cuarta parte de las personas adultas pueden sentirse sexualmente atraídas a niños o niñas y no por ello ser pedófilas. Nótese que es posible diagnosticar la paidofilia por la mera presencia de "fantasías o deseos sexuales" del sujeto, sin necesidad de que lleve a cabo actos sexuales con niños.
Efebofilia
La efebofilia, también conocida como hebefilia, es la condición en la cual personas adultas experimentan atracción sexual hacia adolescentes que ya han pasado la etapa de la pubertad. La pederastia -en la Antigua Grecia- era la atracción hacia adolescentes masculinos. La atracción hacia adolescentes femeninas cuyo físico corresponde más bien al de una preadolescente (niña, puberta o prepuberta) es conocido como loli-con o «complejo de lolita». Por definición, estos términos no son sinónimos de pedofilia. No obstante, en los países occidentales se ha usado con frecuencia la palabra pedofilia para referirse a la efebofilia y, en general, a la atracción sexual hacia cualquier persona cuya edad sea menor a la edad de consentimiento sexual. Desde el punto de vista semántico, la distinción es clara: una cosa es sentir atracción erótica por los niños, y otra, abusar sexualmente de ellos es decir, se define el término pedofilia (también incorporado recientemente, en la edición de 1999) como una «perversión» del adulto que se «siente atraído por niños», mientras que la pederastia se toma como una «práctica». Seco, Andrés y Ramos, en su Diccionario del español actual, definen la pedofilia como una «atracción», y reservan pederastia para la «relación homosexual de un hombre con niños», lo que introduce el matiz semántico de la homosexualidad, aunque dentro del campo de las prácticas sexuales, tal como hace el diccionario académico. Así pues, la distinción entre la tendencia sexual (pedofilia) y la práctica abusiva -y además delictiva- (pederastia), aunque infrautilizada en la lengua, está perfectamente registrada en los diccionarios.
De todas maneras y desde mi óptica personal, ambas son aberrantes.- No concibo y no puedo imaginarme como alguien pueda disfrutar del sexo, lastimando física y psíquicamente a un niño.- Cada tanto leemos que son descubiertas redes que realizan películas pornográficas con participación de niños.- Participación es una manera de decir, ya que indudablemente los niños son forzados con distintos métodos a participar de las grabaciones.- La otra realidad en lo que hace a los que desarrollan estas películas es que las hacen porque hay quienes las compran para regocijarse observando como los niños son mutilados en las distintas escenas.- En toda esta maraña tenemos que participar todos y denunciar a quienes consumen estas películas para evitar que siga sucediendo.- Una denuncia a tiempo puede salvar un niño.- Quizás algunos imaginen una denuncia como un simple grano de arena que no servirá de nada, pero convengamos que muchos granos de arena conforman un arenal.-
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