En una entrevista exclusivísima, la más grande del music hall se enfrenta a uno de los reporteros más queridos y atrevidos de la Argentina. Acá, Liza y Ronnie se saludan, se tocan y se dan besitos. ¡Mirá el video!
Por: Lorena Bassani
Seamos sinceros. Uno no siempre se levanta un sábado. Se hace unos mates. Se saca la resaca de la noche anterior. Se baña para seguir sacándose la resaca de la noche anterior. Se viste decente y se prepara para encontrarse, dos horas después, con Liza Minnelli. Esas cosas no pasan todos los días en la vida de uno. Porque cuando uno escribe acá y dice Liza Minnelli, debería intentar ser justo: hablamos de Liza, la mismísima Liza, Liza en persona. La verdadera Liza. No un travestido panameño que canta y baila como Liza en un cabaret de Corrientes al 3000.
Sí, amigos, Liza Minnelli nos atendió.
En realidad, no nos atendió a nosotros. Por eso, nosotros fuimos con alguien que sabe de esto de entrevistar -bien- a las estrellas. Llamamos a Ronnie Arias (fanático de la diva desde el día que estrenó su primer diente de leche) para que le hiciera el reportaje, para que se sacara el gusto, para que preguntara como si fuera su amigo y para que, de paso, nos haga de traductor a nosotros que no sabemos inglés.
Créase o no, Ronnie (el que supo entrevistar a "Tom" a "Penélope" a "Mel", entre otros) ahora estaba muerto de susto con el asunto de "Liza".
Ronnie Arias estaba nervioso y nosotros fuimos testigos de los nervios. El hombre iba y venía. Hablaba con todos, con la gente de la producción de La Liga (el programa que empieza en abril), con su novio y con su mamá. Quería fuerzas. Necesitaba coraje. No era fácil la hazaña. Se iba a encontrar con Liza, la verdadera. La mismísima Liza que llegó a Buenos Aires hace un rato y que se presenta mañana, este domingo 15 de marzo, en el Luna Park.
Y en la entrevista, se encantaron. No saben lo que eran los dos. Una monada. Una pelicula podría haberse hecho con tanta energía desparramada. Los dos increíbles. Reina y rey. Porque Liza, amigos, es increíble. Una de esas personas que te miran a los ojos y te dejan congelada. Los dos quedaron contentos, por suerte. Hechos sonrisas. Hechos sólo dientes blancos. Hechos canciones de music hall cantadas en la ducha. Hechos boas ardientes.
Así salió la nota.
Imperdible.
Entren al video.
Mientras hacen click, amigos, sientan las luces encandilando...
Sonrían y aplaudan.
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