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martes, 16 de octubre de 2007

Presentan proyecto de matrimonio gay en el senado Argentino

La senadora Vilma Ibarra, candidata a diputada por el oficialista Frente para la Victoria, presentará hoy el proyecto en el Senado para que las personas del mismo sexo puedan casarse.

Se trata de la primera propuesta que llega al Senado para igualar jurídicamente a las parejas homosexuales (ilustración AG Magazine).A menos de dos semanas de las elecciones, Vilma Ibarra, segunda candidata a diputada nacional por la ciudad de Buenos Aires en la lista del Frente para la Victoria que lleva a Cristina de Kirchner como presidenta, presentará hoy en su carácter de senadora un proyecto de ley que sacudirá la siesta que duerme la contienda. La iniciativa modifica el Código Civil e instaura el matrimonio entre personas del mismo sexo. Cuenta con el respaldo de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT).«El matrimonio es una institución laica y no religiosa. Hay que adaptar esa figura a los cambios que se han dado en la sociedad. Así como años atrás se pensaba que era indisoluble y luego se aprobó el divorcio, hoy en la Argentina hay distintas concepciones de familias: tradicionales, ensambladas y también formadas por personas del mismo sexo. Una familia que se forma en base a elecciones sexuales distintas no afecta los derechos de nadie.El Estado está obligado a no distinguir por su orientación sexual a las personas en el ejercicio de derechos. Hacerlo sería discriminar», fundamentó el espíritu del proyecto la senadora Ibarra en una entrevista con el diario Página/12.Se trata de la primera propuesta que llega al Senado para igualar jurídicamente a las parejas homosexuales que den el «Sí, quiero» en el Registro Civil con las parejas tradicionales formadas por un hombre y una mujer, como se aprobó en España dos años atrás. Será presentado hoy por la mañana y se inscribe en la campaña nacional para conseguir este gran cambio en la sociedad argentina lanzada este año por la FALGBT.El texto lleva sólo la firma de su autora, a diferencia de otro similar que meses atrás inició el trámite parlamentario en la Cámara de Diputados, impulsado también por la entidad, con la firma de veinte legisladores de un amplio abanico partidario, que incluye al socialismo, el Frente para la Victoria, el ARI y la UCR, entre otros.«Los proyectos de estas características corresponden a posiciones muy personales y no a posturas de bloques», explicó la senadora Ibarra la ausencia de otros apoyos. Esto no significa que no haya senadores que estén dispuestos a acompañar la iniciativa: también sucede que en tiempos de campaña electoral es difícil encontrar a alguno en su despacho. La mayoría está en sus provincias haciendo proselitismo.El proyecto de Ibarra tiene 34 artículos. Básicamente consiste en reconocer el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo en igualdad de condiciones con las parejas heterosexuales, es decir, los mismos derechos con los mismos nombres.Eso incluye herencia, pensión, derechos alimentarios, obra social y adopción. No se crea una figura nueva, sino que propone la reforma de una treintena de artículos del Código Civil para que en lugar de referirse a los miembros de una pareja casada como «marido y mujer» o «esposo y esposa» o «padre y madre», se los designe sin mencionar su género como «contrayentes», «esposos», «cónyuges», «padres».Sin embargo, el corazón de la iniciativa se centra en la modificación de dos artículos del Código Civil: uno es el 172, que prescribe que «es indispensable para la existencia del matrimonio el pleno y libre consentimiento expresado personalmente por hombre y mujer ante la autoridad competente». La propuesta reforma los términos «hombre y mujer» por «los contrayentes» y aclara que «el matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos, con independencia de que los contrayentes sean del mismo o de diferente sexo».El otro artículo que debería modificarse es el 188, que establece el clásico «los declaro marido y mujer». El texto, en la parte pertinente, dice así: «En el acto de la celebración del matrimonio, el oficial público leerá a los futuros esposos los artículos 198, 199, y 200 de este Código, recibiendo de cada uno de ellos, uno después del otro, la declaración de que quieren respectivamente tomarse por marido y mujer, y pronunciará en nombre de la ley que quedan unidos en matrimonio». El proyecto cambia la frase «tomarse por marido y mujer» por «constituirse en cónyuges».Además de modificar con el mismo espíritu casi treinta artículos del Código Civil que se refieren a derechos y obligaciones que derivan del matrimonio y del hecho de tener hijos bajo ese paraguas jurídico (divorcio, cuotas alimentarias, patria potestad, entre otros), el proyecto de Ibarra incluye como último artículo, una «cláusula complementaria», en la que se aclara que «todas las referencias a la institución del matrimonio» contenidas en el ordenamiento jurídico argentino –más allá del Código Civil– «se entenderán aplicables tanto al matrimonio constituido por dos personas del mismo sexo como al constituido por dos personas de distinto sexo». Para que no haya dudas ni se generen confusiones de interpretación posteriores. Este aspecto no está contemplado en el proyecto de Diputados.El texto de Ibarra –igual que el que está en la Cámara baja– también avanza en la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer en los matrimonios heterosexuales. Varios artículos (algunos en desuso) mantienen en la letra la discriminación de género, como el que establece que la mujer casada no puede aceptar donaciones «sin licencia del marido», pero no prevé la situación recíproca. La idea en este caso es directamente eliminar ese párrafo. En otros casos, se pretende «adecuar» las normas para evitar situaciones de discriminación.La propuesta legislativa tiene una extensa fundamentación. En ella, la senadora Ibarra asume que hay leyes que actualmente son «barreras» que implican desigualdad para el ejercicio de derechos. «En este caso, se trata de una institución crucial y característica de nuestro orden de convivencia que no ampara, sin embargo, la posibilidad de tratar por igual a individuos de distinta orientación sexual. El Estado está obligado a no distinguir por su orientación sexual a las personas en el ejercicio de derechos. Hacerlo sería discriminar. Se trata de remover obstáculos para garantizar la protección de derechos fundamentales como la libertad y la igualdad de las personas, reconocidos por la Constitución nacional y los tratados internacionales incorporados a la misma», sostiene Ibarra, segunda candidata a diputada por el Frente para la Victoria por la ciudad de Buenos Aires.Para su redacción, Ibarra y sus asesores contaron con la colaboración de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans. La entidad, que agrupa a unas veinte organizaciones de todo el país, viene llevando a cabo desde febrero una campaña para implementar el matrimonio gay en el país. El primer paso fue la presentación de un recurso de amparo en la Justicia para permitir el casamiento en un Registro Civil porteño de María Rachid, presidenta de la FALGBT, y su pareja, Claudia Castro.«IGUALES DERECHOS»«Mi posición es que todos tenemos iguales derechos independientemente de nuestra elección sexual.» Así, con una sola frase, la senadora y candidata a diputada por Frente para la Victoria resume los fundamentos del proyecto que presentará hoy en la Cámara alta para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo. En un reportaje del diario Página/12, Vilma Ibarra aclaró que «no hice consultas» con referentes del Gobierno sobre el contenido de la iniciativa ni sobre el momento para darla a conocer: a menos de dos semanas de las elecciones.Tal vez no hizo consultas por temor a ser vetada. No es clara la posición sobre este tema de la candidata a presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Ibarra es la segunda postulante en la lista de diputados nacionales por la ciudad de Buenos Aires del Frente para la Victoria. Si ése es el motivo, Ibarra no lo dice. Simplemente aclara que quiere sentar posición sobre una cuestión que le preocupa: «Los gays y las lesbianas son un sector muy postergado en términos de derechos. Si hasta en algunas provincias todavía existen edictos que contemplan penas de arresto para homosexuales», destaca.–¿Qué grado de aceptación cree que tiene en la sociedad argentina la figura del matrimonio gay?–Yo creo que es alta. Una familia que se forma en base a elecciones sexuales distintas no afecta derechos de nadie. Las personas heterosexuales harán sus familias y las homosexuales las suyas. El Estado no tiene que discriminar.– Con la eventual sanción del matrimonio gay se abriría la posibilidad de que parejas del mismo sexo puedan adoptar, que es un tema que genera mucha polémica todavía en la Argentina...–Yo sé que es un tema que genera polémica. Pienso que como en otros temas tenemos que atenernos a lo que plantean tratados internacionales incorporados a la Constitución nacional y es que debe primar siempre «el interés superior del niño». Nadie puede sostener con una mínima seriedad que personas homosexuales estén en peores condiciones de adoptar un chico. No hay nada, salvo el prejuicio, que pueda sostener eso. Aclarando que la homosexualidad no es ningún disvalor, se debe señalar que la gran mayoría de los homosexuales se han criado en familias heterosexuales.–¿Por qué plantea el matrimonio y no la unión civil para las parejas del mismo sexo?–Mi posición es que todos tenemos iguales derechos independientemente de nuestra elección sexual. Si el matrimonio fuera una institución religiosa, yo diría creemos otra figura como la unión civil. Pero es una institución laica. Tenemos en la Constitución nacional tratados internacionales que sostienen la igualdad entre las personas y la no discriminación. Se debe legislar por iguales derechos con iguales nombres, para las parejas del mismo sexo que para las heterosexuales.LA CAMPAÑA Y LA HISTORIALa campaña de la Federación de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans incluye la recolección de firmas para una declaración de apoyo a la iniciativa. Ya adhirieron cientos de personalidades de la política, la cultura y la sociedad.El primer país en legislar el matrimonio entre personas del mismo sexo fue Holanda en el año 2000, y le siguió Bélgica, en 2003. España lo instauró en 2005, con la oposición de la Iglesia Católica y el PP. Entre los fundamentos de su proyecto, la senadora Ibarra recuerda palabras del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, en esa ocasión: «No estamos legislando para gentes remotas y extrañas, estamos ampliando las oportunidades de felicidad para nuestros vecinos, nuestros compañeros de trabajo, nuestros amigos, nuestros familiares, y a la vez estamos construyendo un país más decente, porque una sociedad decente es aquella que no humilla a sus miembros».

Una nota de Mariana Carbajal, Diario Página/12.

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