El joven Esteban llegó tarde a su casa como se había vuelto costumbre en las últimas semanas. Las competencias se acercaban y los entrenamientos eran más fuertes cada vez. En el camino a casa había pensado en lo mucho que necesitaba dormir y en lo bien que la caería una paja para relajar sus músculos y liberarse de la tensión mental que su entrenador le imprimía todos los días. Casi sin hacer ruido entró a su casa para no despertar a sus padres ni a su hermana, subió las escaleras hacia su alcoba. Antes de entrar en ella, recordó con pesar a su primo Julián. Este último, unos años menor que Esteban, estaba pasando las vacaciones con él, incluso dormía en su cuarto en una cama separada, y Esteban, ocupado con los entrenamientos, no le había podido dedicar el tiempo que Julián se merecía.
Esteban entró en su alcoba suavemente y encendió una luz tenue para cambiarse de ropa antes de dormir. Colocó su morral sobre una mesa auxiliar y observó a Julián mientras dormía. Pobre Julián, pensó, pasando sus vacaciones solo con mis papás. Esteban caminó entonces hacia la ventana mientras se quitaba la camisa. Revisó que ésta estuviera bien cerrada para evitar el frío de la noche y volvieron a él los deseos de darse una buena paja, pero ¿cómo? Con Julián durmiendo en la cama contigua era imposible tener privacidad. Sin embargo no le faltaban pretextos para hacérsela. A la presión de los entrenamientos se sumaba el placer y la tensión sexual de ver a sus compañeros en las duchas. Todos de su misma edad, todos con cuerpos definidos y fuertes, todos tan apetecibles para Esteban que tenía que luchar cada día para que su verga no lo delatara frente a sus compañeros.
Esteban colocó su camisa sobre su morral, lentamente se despojó de sus zapatos y sus medias y se disponía a retirar su pantaloneta cuando se percató por un instante que su primo Julián lo estaba observando. Esteban se quedó pensativo, ‘¿por qué Julián cerraría sus ojos apenas lo alcancé a ver? Es muy raro pues cuando se despierta me saluda’. En fin, Esteban se quitó su pantaloneta y quedó en boxers únicamente. Los largos años dedicados al volleyball habían labrado en el alto joven un cuerpo simétrico, delgado, en el que cada músculo era evidente. Poseía una definición precisa que causaba la admiración de muchas y muchos. Esteban era muy modesto respecto a su físico, sabía que su cara y su cuerpo resultaban atractivos pero parecía no interesarle. Sin embargo, de vez en cuando se asomaba al espejo de cuerpo entero que estaba en la pared de su habitación para percatarse de los avances de su físico. Y allí estaba Esteban de pie frente al espejo, tensionando un poco sus músculos para auto-aprobar su definido cuerpo, cuando notó nuevamente que su primo Julián le estaba observando. Esteban volteó su cabeza para mirar de frente a Julián pero éste ya había cerrado sus ojos, sin embargo, hubo algo que llamó la atención de Esteban. A través de las cobijas se podía notar un leve bulto a la altura de la cintura de Julián. Esteban se preguntó rápidamente si su primo le estaría viendo con cierta excitación a la espera de que él se desnudara por completo, no le cabía en la cabeza que a Julián le gustaran los hombres, siempre creyó que tenía la habilidad para identificar homosexuales y nunca pensó que Julián fuera uno de ellos. Pero pudo más la curiosidad de Esteban y decidió “probar a su primo”.
Nuevamente se paró frente al espejo y se quitó los boxers. Ahora estaba completamente desnudo y ofreciéndole a su primo más joven una vista privilegiada de su espalda y su trasero. Esteban empezó a espiar sutilmente los movimientos de Julián y pudo notar cómo este abrió sus ojos levemente y al ver a su primo desnudo llevó su mano, por debajo de las cobijas, hacia su bulto, convencido de que Esteban no se estaba dando cuenta de lo que sucedía. Estaba ya comprobado. Julián estaba excitado al ver a Esteban desnudo. Esteban estaba un poco confundido pero en ese momento empezó a sentir una excitación sin precedentes causada por aquella situación con su primo. No sabia qué hacer para acercarse a él, ¿qué tal que Julián se asustara y decidiera negar todo? ¿Qué tal que saliera corriendo a la habitación de los padres de Esteban y les contara que su hijo quería tocarle?. Esteban decidió entonces sacarle provecho a la situación sin correr ningún riesgo y, al mismo tiempo, hacerle pasar un buen rato a su primo en compensación por todo el tiempo que no había podido estar con él.
El joven atleta fingió no percatarse que Julián le estaba observando y, de frente al espejo y desnudo como se encontraba, empezó a acariciar su pene que ya estaba creciendo por lo que acababa de comprobar. Esteban empezó a masturbarse suavemente pretendiendo que no era observado. Arqueaba su cuerpo hacia delante un poco, doblaba levemente sus rodillas, estaba disfrutando bastante de aquel espectáculo que le estaba brindando a su primo menor. Julián, sin abandonar su papel de “durmiente profundo”, se acomodó de lado sobre la cama de forma tal que su bulto ya no fuera evidente. Esteban se detuvo al percatarse de este movimiento de Julián, pensó que su primo menor había decidido “despertarse”, pero rápidamente observó que este continuaba “profundamente dormido”. La excitación aumentó en Esteban y decidió asumir su posición favorita para hacerse la paja: acostado boca arriba en su cama. De esta forma le daría una mejor vista a su primo. Fue así como el joven atleta se acostó sobre su cama sin apagar la tenue luz y puso su brazo izquierdo sobre su cara mientras con su mano derecha seguía acariciando su dura verga. Julián sintió entonces más confianza pues su primo, cubriendo su cara con su brazo, ya no podía percatarse que le estaba espiando. Y ambos primos empezaron a compartir sus momentos más íntimos mientras se masturbaban frente al otro. Esteban sabía perfectamente lo que estaba sucediendo pero Julián se sentía aún más excitado al pensar en lo arriesgado de su paja espiando a su primo mayor.
Esteban estaba gozando de un enorme placer al saber que su primo le estaba observando. Asumía toda clase de varoniles poses, suspiraba intencionalmente y se acariciaba su pecho, su abdomen y hasta sus piernas, todo por hacer más sensual la escena para su primo menor. Por su parte, Julián trataba de no emitir sonido alguno, sus movimientos eran mínimos pero muy placenteros. Trataba de amortiguar cada sacudida de su mano para evitar que su primo mayor se percatara de sus actos de espionaje.
Después de unos instantes de masturbación, el mayor de los muchachos decidió que era el momento de eyacular, ya su cuerpo no podía con tanta excitación y su pene estaba más grande que nunca. Aceleró el ritmo de sus movimientos no sin antes ubicarse en una pose que permitiera a Julián observar toda la acción. Después de unos segundos, Esteban empezó a eyacular como pocas veces en su vida mientras que su respiración profunda contrastaba con los agitados suspiros de hace algunos momentos y estaba acompañada por algunos gemidos, un poco exagerados para el deleite de Julián. Su semen se acumuló en su mano y se regó por su abdomen y su pene. El sudor se le acumulaba en la mitad del pecho y algo en su cara. Su boca estaba seca y sus ojos cerrados por un momento. Julián había visto demasiado, su cuerpo tampoco pudo resistir la carga de imágenes y las caricias certeras a su verga. Eyaculó tratando de no emitir sonido alguno y sintiendo el mayor placer de su vida. Su semen se regó por sus manos y sus piernas.
La habitación quedó en silencio por unos segundos mientras los dos muchachos se relajaban. Para Esteban había sido un verdadero placer excitar a su primo, para Julián, su varonil primo Esteban había compartido su intimidad con él sin darse cuenta. Para ambos habían sido momentos muy excitantes.
Cansado, Esteban se limpió como pudo, se puso unos boxers y una cobija. Julián mientras tanto, trataba de limpiar su mano derecha en sus boxers y en la cobija. Esteban se durmió pensando que su primo le sería de gran utilidad para liberar la tensión de los entrenamientos, Julián se durmió agradecido con su primo, pensando que éste jamás sabría lo que pasó. Mañana será otro día pensaron los dos…
Esteban entró en su alcoba suavemente y encendió una luz tenue para cambiarse de ropa antes de dormir. Colocó su morral sobre una mesa auxiliar y observó a Julián mientras dormía. Pobre Julián, pensó, pasando sus vacaciones solo con mis papás. Esteban caminó entonces hacia la ventana mientras se quitaba la camisa. Revisó que ésta estuviera bien cerrada para evitar el frío de la noche y volvieron a él los deseos de darse una buena paja, pero ¿cómo? Con Julián durmiendo en la cama contigua era imposible tener privacidad. Sin embargo no le faltaban pretextos para hacérsela. A la presión de los entrenamientos se sumaba el placer y la tensión sexual de ver a sus compañeros en las duchas. Todos de su misma edad, todos con cuerpos definidos y fuertes, todos tan apetecibles para Esteban que tenía que luchar cada día para que su verga no lo delatara frente a sus compañeros.
Esteban colocó su camisa sobre su morral, lentamente se despojó de sus zapatos y sus medias y se disponía a retirar su pantaloneta cuando se percató por un instante que su primo Julián lo estaba observando. Esteban se quedó pensativo, ‘¿por qué Julián cerraría sus ojos apenas lo alcancé a ver? Es muy raro pues cuando se despierta me saluda’. En fin, Esteban se quitó su pantaloneta y quedó en boxers únicamente. Los largos años dedicados al volleyball habían labrado en el alto joven un cuerpo simétrico, delgado, en el que cada músculo era evidente. Poseía una definición precisa que causaba la admiración de muchas y muchos. Esteban era muy modesto respecto a su físico, sabía que su cara y su cuerpo resultaban atractivos pero parecía no interesarle. Sin embargo, de vez en cuando se asomaba al espejo de cuerpo entero que estaba en la pared de su habitación para percatarse de los avances de su físico. Y allí estaba Esteban de pie frente al espejo, tensionando un poco sus músculos para auto-aprobar su definido cuerpo, cuando notó nuevamente que su primo Julián le estaba observando. Esteban volteó su cabeza para mirar de frente a Julián pero éste ya había cerrado sus ojos, sin embargo, hubo algo que llamó la atención de Esteban. A través de las cobijas se podía notar un leve bulto a la altura de la cintura de Julián. Esteban se preguntó rápidamente si su primo le estaría viendo con cierta excitación a la espera de que él se desnudara por completo, no le cabía en la cabeza que a Julián le gustaran los hombres, siempre creyó que tenía la habilidad para identificar homosexuales y nunca pensó que Julián fuera uno de ellos. Pero pudo más la curiosidad de Esteban y decidió “probar a su primo”.
Nuevamente se paró frente al espejo y se quitó los boxers. Ahora estaba completamente desnudo y ofreciéndole a su primo más joven una vista privilegiada de su espalda y su trasero. Esteban empezó a espiar sutilmente los movimientos de Julián y pudo notar cómo este abrió sus ojos levemente y al ver a su primo desnudo llevó su mano, por debajo de las cobijas, hacia su bulto, convencido de que Esteban no se estaba dando cuenta de lo que sucedía. Estaba ya comprobado. Julián estaba excitado al ver a Esteban desnudo. Esteban estaba un poco confundido pero en ese momento empezó a sentir una excitación sin precedentes causada por aquella situación con su primo. No sabia qué hacer para acercarse a él, ¿qué tal que Julián se asustara y decidiera negar todo? ¿Qué tal que saliera corriendo a la habitación de los padres de Esteban y les contara que su hijo quería tocarle?. Esteban decidió entonces sacarle provecho a la situación sin correr ningún riesgo y, al mismo tiempo, hacerle pasar un buen rato a su primo en compensación por todo el tiempo que no había podido estar con él.
El joven atleta fingió no percatarse que Julián le estaba observando y, de frente al espejo y desnudo como se encontraba, empezó a acariciar su pene que ya estaba creciendo por lo que acababa de comprobar. Esteban empezó a masturbarse suavemente pretendiendo que no era observado. Arqueaba su cuerpo hacia delante un poco, doblaba levemente sus rodillas, estaba disfrutando bastante de aquel espectáculo que le estaba brindando a su primo menor. Julián, sin abandonar su papel de “durmiente profundo”, se acomodó de lado sobre la cama de forma tal que su bulto ya no fuera evidente. Esteban se detuvo al percatarse de este movimiento de Julián, pensó que su primo menor había decidido “despertarse”, pero rápidamente observó que este continuaba “profundamente dormido”. La excitación aumentó en Esteban y decidió asumir su posición favorita para hacerse la paja: acostado boca arriba en su cama. De esta forma le daría una mejor vista a su primo. Fue así como el joven atleta se acostó sobre su cama sin apagar la tenue luz y puso su brazo izquierdo sobre su cara mientras con su mano derecha seguía acariciando su dura verga. Julián sintió entonces más confianza pues su primo, cubriendo su cara con su brazo, ya no podía percatarse que le estaba espiando. Y ambos primos empezaron a compartir sus momentos más íntimos mientras se masturbaban frente al otro. Esteban sabía perfectamente lo que estaba sucediendo pero Julián se sentía aún más excitado al pensar en lo arriesgado de su paja espiando a su primo mayor.
Esteban estaba gozando de un enorme placer al saber que su primo le estaba observando. Asumía toda clase de varoniles poses, suspiraba intencionalmente y se acariciaba su pecho, su abdomen y hasta sus piernas, todo por hacer más sensual la escena para su primo menor. Por su parte, Julián trataba de no emitir sonido alguno, sus movimientos eran mínimos pero muy placenteros. Trataba de amortiguar cada sacudida de su mano para evitar que su primo mayor se percatara de sus actos de espionaje.
Después de unos instantes de masturbación, el mayor de los muchachos decidió que era el momento de eyacular, ya su cuerpo no podía con tanta excitación y su pene estaba más grande que nunca. Aceleró el ritmo de sus movimientos no sin antes ubicarse en una pose que permitiera a Julián observar toda la acción. Después de unos segundos, Esteban empezó a eyacular como pocas veces en su vida mientras que su respiración profunda contrastaba con los agitados suspiros de hace algunos momentos y estaba acompañada por algunos gemidos, un poco exagerados para el deleite de Julián. Su semen se acumuló en su mano y se regó por su abdomen y su pene. El sudor se le acumulaba en la mitad del pecho y algo en su cara. Su boca estaba seca y sus ojos cerrados por un momento. Julián había visto demasiado, su cuerpo tampoco pudo resistir la carga de imágenes y las caricias certeras a su verga. Eyaculó tratando de no emitir sonido alguno y sintiendo el mayor placer de su vida. Su semen se regó por sus manos y sus piernas.
La habitación quedó en silencio por unos segundos mientras los dos muchachos se relajaban. Para Esteban había sido un verdadero placer excitar a su primo, para Julián, su varonil primo Esteban había compartido su intimidad con él sin darse cuenta. Para ambos habían sido momentos muy excitantes.
Cansado, Esteban se limpió como pudo, se puso unos boxers y una cobija. Julián mientras tanto, trataba de limpiar su mano derecha en sus boxers y en la cobija. Esteban se durmió pensando que su primo le sería de gran utilidad para liberar la tensión de los entrenamientos, Julián se durmió agradecido con su primo, pensando que éste jamás sabría lo que pasó. Mañana será otro día pensaron los dos…
1 comentario:
Muy buenooo!!!!!!!!!
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