DISCAPACIDAD + GAY = ¿?

Alberto - alberto@cbaalternativa.com.ar
Columnista - cbaalternativa

El tema de esta semana me pareció complejo, no por el tema en sino por desconocer los inconvenientes que pueden surgir a diario en la vida de una persona gay discapacitada.

Cómo ser minusválido gay y no morir en el intento.
Ser gay en una sociedad que, en una escala del 1 al 10, sigue siendo machista en un 40% (afortunadamente cada día somos más abiertos), todavía resulta un tema difícil de lidiar. Aunque claro, no es cosa de ahora que haya chicos que no les importa ir agarrados de la mano por la calle sin importarle una mierda que la vecina cotilla del 5º los esté mirando o incluso soltarse algún que otro morreo. Otros prefieren encontrarse con su amigo o asunto de turno en un lugar cuanto más apartado mejor huyendo de miradas indiscretas y temblando de miedo cada vez que ven una sombra u oyen un pequeño ruido. Los hay que aparentan ser liberales en lugares donde nadie los conoce, montándoselo con su novio, prácticamente follando públicamente. Pero este no es el tema. El tema es que no sólo eres gay, sino que, además, eres discapacitado, donde has estado sobreprotegido y te han intentado decir qué está bien y qué no.

"Niño, no te toques", "Pero, niño, qué dices? te voy a lavar la boca con jabón"; frases como estas las deben haber oído a millones, en vuestros hermanos, primos, sobrinos, vecinos e incluso en vosotros mismos. Pero estas frases dependiendo de a quién se digan pueden tener una connotación u otra. Sexo. Ya sea hetero u homo. Pareciera que el sexo fuera algo prohibido o inadecuado para una persona que se mueve en silla de ruedas. Como muy bien lo escribió Sentao en la revista "Mundo sin límites": por qué no me puedo dar una alegría al cuerpo como todo el mundo? El sexo forma parte de la vida del ser humano, ya esté en silla de ruedas, se mueva en muletas, tenga el pelo de colores o pantalones cortos. Yo soy minusválido y si quiero echar un polvo, cojo y lo echo y a ver quién es el bonito/a que me lo prohíbe.

Pero no es tan fácil. Por mucho que quieras huir de la protección, de una vida marcada por la misma, ahora que eres un adulto de casi 26 años y que empiezas a vivir tal y como siempre has querido, sigues teniendo miedo a que alguien te diga qué puedes hacer y qué no o que alguien se ría de ti por el simple hecho de pensar en el sexo como algo normal que puedes tener como cualquiera. Porque ser gay no es fácil en la sociedad en la que vivimos, y ser discapacitado menos.

Creo que no hay mucho para agregar, indudablemente ser gay es difícil, pese, tal como lo marca quien escribe la nota, a que la sociedad esta cada día mas abierta, y si a ello le agregamos problemas de discapacidad las dificultades se multiplican.- La nota transcripta apunta quizás meramente a lo sexual, pero habría que agregar los inconvenientes que se presentan al vivir en una sociedad armada solo para aquellos que de una manera u otra nos motorizamos y podemos trasladarnos de un sitio a otro.- Que obtenemos con esto?, que podemos concurrir a lugares de concurrencia masiva (Pubs, cines, etc.) permitiéndonos conocer y hacernos conocer a otras personas, es decir nos permite socializar, ser sociables.- El gay discapacitado no escapa a la realidad de cualquier discapacitado (cualquiera sea su condición sexual) que viva en una ciudad que los ignora y que le impide trasladarse libremente por ella.- Podríamos enumerar muchísimas fallas, la falta de rampas para sillas de ruedas tanto en veredas como en edificios (sobre todo los de reparticiones publicas), infinidad de obstáculos en las veredas y sectores peatonales en general, veredas rotas, postes en cualquier lado, huecos donde debería haber un árbol (el árbol no está por supuesto) lo que se convierte en una trampa para los no videntes que pueden sufrir accidentes y para las sillas de ruedas que no pueden transitar con comodidad.- Pero, siempre hay un pero, no solo hay fallas por ausencia de los elementos, sino porque aquellos que nos autodenominamos "capaces" destruimos lo que se construye.- Asì vemos rampas para sillas, rotas, veredas a la que les faltan baldosas (indudablemente no se fueron caminando), etc., etc.- Cabe también un párrafo para el transporte.- En Córdoba, algunos colectivos urbanos disponen de rampa para sillas de rueda y un sector donde la misma es sujeta con cinturones de seguridad, pero he visto ya cinturones rotos y pisoteados por los pasajeros corrientes.- Ni hablar de los taxímetros, es común ver personas en sillas de rueda haciendo señas a los taxis y los taxistas mirando para otro lado ya que para trasladar ese pasajero deben bajarse y colocar la silla de ruedas en el baúl.- La conclusión es que los discapacitados gay no escapan a la problemática de la ciudad preparada para personas normales, ignorando que "Todos" somos normales y personas, solo que algunos por accidentes o nacimiento acarrean alguna discapacidad física.- El agravante es que el impedimento de traslado no le permite concurrir a sitios donde la concurrencia es mayoritariamente gay o sitios gay friendly, permitiéndole insertarse en la sociedad.-

ENTREVISTA AL DUEÑO DE WWW.DISCAPACIDOS-GAY.COM