Eran ya casi las 12:45 de la noche, nunca había estado tan noche fuera de mi casa considerando mi edad (21), aún no entendía muy bien lo que había pasado, era como si todo hubiera sucedido en un segundo.
Eran las 3 de la tarde, estaba impaciente, nunca antes me había quedado de ver con otro hombre; era un doctor: 26 años, blanco, alto, estudiante de anestesiologí a, ojos negros, unos labios carnosos y rojos, pelo negro, tenía un cuerpo exquisito, su pecho se veía bien trabajado en el gym, al igual que sus brazos y nalgas. A las 3:15 llego, me quede impactado al verlo bajar del metro, era tal y como se había descrito, quizá un poco mejor, se acercó y pude sentir su aroma a hombre, su loción combinada con tabaco creaban un aroma que excitaba.
- ¡hola!, ¿que tal?
- bien gracias, ¿y tu?
- bien, ¿nos vamos?
- ¡claro!
Empezamos a caminar, para mi sin rumbo, pero era obvio que él sabia a donde me llevaba, cuando me di cuenta estábamos enfrente de un edificio de departamentos.
- Este es mi departamento, ¿quieres pasar?
Inmediatamente acepte, y me quedó claro que esa tarde jamás la olvidaría. Entramos directo a su cuarto, me senté en la cama, no sabia que hacer, me pidió que le diera 5 minutos para bañarse. Cuando salio, pude admirar su cuerpo completamente desnudo, su abdomen se marcaba ligeramente, era velludo, mi verga se puso mas dura que nunca, sentía como la sangre corría por mis venas, todo mi cuerpo temblaba, no podía hablar, ni siquiera moverme.
Se acostó junto a mi y me dio un beso lentamente, mientas su mano empezaba a explorar mi anatomía, me susurro al oído -tranquilo lindo, solo déjate llevar-, me acosté y empezamos a besarnos apasionadamente, sentía su lengua por toda mi boca, mi respiración estaba agitada, sus manos y mis manos recorrían todos nuestros cuerpos haciéndome descubrir sensaciones fabulosas. Lentamente me empezó a desvestir, primero mi camisa, luego mi pantalón. En mis boxers mi verga ya no cabía, sentía que iba a explotar, eran de licra y se podía notar claramente la forma de esta. Recorrió mis pechos lentamente besando cada centímetro, mientras su mano iba bajando poco a poco mi bóxer, como quien descubre un tesoro, cuando llegó a mi ombligo, mi bóxer ya estaba en las rodillas, me tomó de la cintura y metió toda mi verga dentro de su boca (16 cm., cabezona y gruesa) , solté un suspiro de asombro y delirio, era fantástico sentir su boca tragando mi verga, su lengua jugaba con la cabeza y el glande, mientras engullía como si su vida dependiera de ello, solo se oían mis gemidos y su respiración, terminó esa fabulosa mamada y guió mi boca hacía ese hermoso bulto que tenia (19 cm., gruesa) lo tomé y me lo metí en la boca, aunque me era un poco difícil tragarla. Ël con su mano acariciaba mi pelo y dirigía los movimientos, de cuando en cuando me hacia tragarla toda hasta que llegara a mi garganta, su liquido pre-seminal era abundante y le daba un sabor exquisita a esa mamada que estaba haciendo.
De momento empujó mi cabeza hasta el fondo de su verga, esta la sentía hasta mi garganta, yo intentaba hacerme hacía arriba, pero su mano no me lo permitía, y para mi sorpresa, sentí como varios chorros de su leche caliente invadían mi boca. Levantó mi cabeza y me jaló hacía el, nos dimos un beso y me puso boca abajo con dos almohadas debajo de mi abdomen, se colocó sobre mi y por primera vez su mano se abrió paso entre mis nalgas, hasta que alcanzó mi ano, lo sobó suavemente e introdujo un dedo, me dijo suavemente "-tranquilo bebé no te va a doler-" cuando sentí su dedo, instintivamente cerré mi ano, sentía un dolor y ardor diferente, me dolía pero no quería que lo sacara, movía su dedo mientras besaba mi espalda, introdujo otro dedo, este ya no me dolió, solo lo disfrutaba, siguió un rato así, hasta que saco una botellita de lubricante y me lo unto en todo mi ano, lo hizo también en su verga (que ya tenia condón), me tomo de los hombros y pude sentir como su cabeza se posaba a la entrada de mi ano, sentía miedo, pero también quería esa verga dentro de mi.
Empujó su verga lenta pero constantemente, primero mi ano no abría, pero cedió y entro su cabeza seguida de todo ese tronco maravilloso, yo me sentía en el cielo, estaba agarrado de las sabanas como si me fuera a caer, mi respiración era profunda y rápida, mi hermoso doctor me estaba dando la cogida de mi vida, solo sentía su verga entrar y salir de mi a diferentes ritmos, mi verga estaba mas dura que nunca, empezaba a gotear semen, sentía un placer enorme en mi culo, ya no podía mas
- ¡Me voy a venir!
- Aguanta bebé, solo un poco
Se levantó un poco sin sacar la verga de mi cuerpo, no se como pero con varios movimientos me volteó, colocó mis piernas sobre sus hombros y volvió a meter toda su verga, me saco el aire, tome sus brazos fuertemente, con su mano levanto mi verga y se agacho, quedando su boca, justo en mi verga, no aguantaba mas, mi verga explotaría, lancé varios chorros de semen caliente, él se los tomo, jamás me había venido tanto en mi vida, perdí toda la fuerza en mi cuerpo, sentía un raro cosquilleo en mis manos y en mi pecho, mi verga seguía dura mientras él me seguía cogiendo, sentía sus huevos pegar en mis nalgas, su verga entraba y salía rápidamente, se salió y puso su verga en mi boca, la empecé a mamar rápidamente, sobaba sus huevos y acariciaba sus nalgas por lo que se volvió a venir dentro de mi boca, esta vez era más la leche que había largado, yo seguí lamiendo su verga y huevos hasta que quedaron totalmente limpios.
Se recostó junto a mí y me abrazó fuertemente, me daba un calor que nunca había sentido, estábamos empapados en sudor, me besaba el cuello y acariciaba mi espalda, sin sentirlo nos quedamos dormidos; cuando desperté eran las 11:30 p.m., ¡era tardísimo!, me metí a bañar a toda prisa, pero cuando estaba adentro él también entro y nos la mamamos una vez mas, me vestí y salimos del departamento juntos, nos encontramos al vecino de al lado en el pasillo y se nos quedo viendo, sonrió y dijo:
- ojala y hayas disfrutado chico, por que después te toca con tu doctor y conmigo
Solo me reí y le conteste que regresaría para "consulta" muy pronto. Pero esa es otra historia…
Comenten porfa, besos.
Eran las 3 de la tarde, estaba impaciente, nunca antes me había quedado de ver con otro hombre; era un doctor: 26 años, blanco, alto, estudiante de anestesiologí a, ojos negros, unos labios carnosos y rojos, pelo negro, tenía un cuerpo exquisito, su pecho se veía bien trabajado en el gym, al igual que sus brazos y nalgas. A las 3:15 llego, me quede impactado al verlo bajar del metro, era tal y como se había descrito, quizá un poco mejor, se acercó y pude sentir su aroma a hombre, su loción combinada con tabaco creaban un aroma que excitaba.
- ¡hola!, ¿que tal?
- bien gracias, ¿y tu?
- bien, ¿nos vamos?
- ¡claro!
Empezamos a caminar, para mi sin rumbo, pero era obvio que él sabia a donde me llevaba, cuando me di cuenta estábamos enfrente de un edificio de departamentos.
- Este es mi departamento, ¿quieres pasar?
Inmediatamente acepte, y me quedó claro que esa tarde jamás la olvidaría. Entramos directo a su cuarto, me senté en la cama, no sabia que hacer, me pidió que le diera 5 minutos para bañarse. Cuando salio, pude admirar su cuerpo completamente desnudo, su abdomen se marcaba ligeramente, era velludo, mi verga se puso mas dura que nunca, sentía como la sangre corría por mis venas, todo mi cuerpo temblaba, no podía hablar, ni siquiera moverme.
Se acostó junto a mi y me dio un beso lentamente, mientas su mano empezaba a explorar mi anatomía, me susurro al oído -tranquilo lindo, solo déjate llevar-, me acosté y empezamos a besarnos apasionadamente, sentía su lengua por toda mi boca, mi respiración estaba agitada, sus manos y mis manos recorrían todos nuestros cuerpos haciéndome descubrir sensaciones fabulosas. Lentamente me empezó a desvestir, primero mi camisa, luego mi pantalón. En mis boxers mi verga ya no cabía, sentía que iba a explotar, eran de licra y se podía notar claramente la forma de esta. Recorrió mis pechos lentamente besando cada centímetro, mientras su mano iba bajando poco a poco mi bóxer, como quien descubre un tesoro, cuando llegó a mi ombligo, mi bóxer ya estaba en las rodillas, me tomó de la cintura y metió toda mi verga dentro de su boca (16 cm., cabezona y gruesa) , solté un suspiro de asombro y delirio, era fantástico sentir su boca tragando mi verga, su lengua jugaba con la cabeza y el glande, mientras engullía como si su vida dependiera de ello, solo se oían mis gemidos y su respiración, terminó esa fabulosa mamada y guió mi boca hacía ese hermoso bulto que tenia (19 cm., gruesa) lo tomé y me lo metí en la boca, aunque me era un poco difícil tragarla. Ël con su mano acariciaba mi pelo y dirigía los movimientos, de cuando en cuando me hacia tragarla toda hasta que llegara a mi garganta, su liquido pre-seminal era abundante y le daba un sabor exquisita a esa mamada que estaba haciendo.
De momento empujó mi cabeza hasta el fondo de su verga, esta la sentía hasta mi garganta, yo intentaba hacerme hacía arriba, pero su mano no me lo permitía, y para mi sorpresa, sentí como varios chorros de su leche caliente invadían mi boca. Levantó mi cabeza y me jaló hacía el, nos dimos un beso y me puso boca abajo con dos almohadas debajo de mi abdomen, se colocó sobre mi y por primera vez su mano se abrió paso entre mis nalgas, hasta que alcanzó mi ano, lo sobó suavemente e introdujo un dedo, me dijo suavemente "-tranquilo bebé no te va a doler-" cuando sentí su dedo, instintivamente cerré mi ano, sentía un dolor y ardor diferente, me dolía pero no quería que lo sacara, movía su dedo mientras besaba mi espalda, introdujo otro dedo, este ya no me dolió, solo lo disfrutaba, siguió un rato así, hasta que saco una botellita de lubricante y me lo unto en todo mi ano, lo hizo también en su verga (que ya tenia condón), me tomo de los hombros y pude sentir como su cabeza se posaba a la entrada de mi ano, sentía miedo, pero también quería esa verga dentro de mi.
Empujó su verga lenta pero constantemente, primero mi ano no abría, pero cedió y entro su cabeza seguida de todo ese tronco maravilloso, yo me sentía en el cielo, estaba agarrado de las sabanas como si me fuera a caer, mi respiración era profunda y rápida, mi hermoso doctor me estaba dando la cogida de mi vida, solo sentía su verga entrar y salir de mi a diferentes ritmos, mi verga estaba mas dura que nunca, empezaba a gotear semen, sentía un placer enorme en mi culo, ya no podía mas
- ¡Me voy a venir!
- Aguanta bebé, solo un poco
Se levantó un poco sin sacar la verga de mi cuerpo, no se como pero con varios movimientos me volteó, colocó mis piernas sobre sus hombros y volvió a meter toda su verga, me saco el aire, tome sus brazos fuertemente, con su mano levanto mi verga y se agacho, quedando su boca, justo en mi verga, no aguantaba mas, mi verga explotaría, lancé varios chorros de semen caliente, él se los tomo, jamás me había venido tanto en mi vida, perdí toda la fuerza en mi cuerpo, sentía un raro cosquilleo en mis manos y en mi pecho, mi verga seguía dura mientras él me seguía cogiendo, sentía sus huevos pegar en mis nalgas, su verga entraba y salía rápidamente, se salió y puso su verga en mi boca, la empecé a mamar rápidamente, sobaba sus huevos y acariciaba sus nalgas por lo que se volvió a venir dentro de mi boca, esta vez era más la leche que había largado, yo seguí lamiendo su verga y huevos hasta que quedaron totalmente limpios.
Se recostó junto a mí y me abrazó fuertemente, me daba un calor que nunca había sentido, estábamos empapados en sudor, me besaba el cuello y acariciaba mi espalda, sin sentirlo nos quedamos dormidos; cuando desperté eran las 11:30 p.m., ¡era tardísimo!, me metí a bañar a toda prisa, pero cuando estaba adentro él también entro y nos la mamamos una vez mas, me vestí y salimos del departamento juntos, nos encontramos al vecino de al lado en el pasillo y se nos quedo viendo, sonrió y dijo:
- ojala y hayas disfrutado chico, por que después te toca con tu doctor y conmigo
Solo me reí y le conteste que regresaría para "consulta" muy pronto. Pero esa es otra historia…
Comenten porfa, besos.
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